LA POESÍA ESPAÑOLA A PARTIR DE 1936
LA POESÍA ESPAÑOLA A PARTIR DE 1936
Poesía del exilio En la lista de poetas que salieron de España habría que distinguir dos grupos:
-Poetas de la Generación del 14 como León Felipe y Juan Ramón Jiménez.
-Poetas del grupo del 27 como Alberti, Luis Cernuda, Emilio Prados, Manuel Altoaguirre,etc
En su temática ocupa un lugar preeminente el tema de la patria perdida. Al principio evocan la lucha, las ilusiones, la derrota; domina entonces un tono amargo, junto a imprecaciones contra los vencedores. Luego, tales rasgos ceden el paso a la nostalgia, a los recuerdos, a la evocación de las lejanas tierras españolas, al ansia de volver.
La poesía en España tras la guerra.
La poesía española había iniciado un proceso de rehumanización tras 1927, proceso que se intensifica en los años 30 (cfr. el caso de Miguel Hernández). En lo que conocemos como años de posguerra hemos de destacar la intervención absoluta del nuevo Estado en todas las manifestaciones culturales. Hemos de destacar la censura que vetará a intelectuales de la República y a antiguos miembros de la Institución Libre de Enseñanza. Por esta época hemos de distinguir distinguir dos corrientes principales:
-Poesía arraigada. Está representada por aquellos autores que se agrupan en torno a la revista Garcilaso, fundada en 1943. Vuelven sus ojos hacia Garcilaso y hacia otros poetas del Siglo de Oro. Buscan la perfección, el orden. La búsqueda de puras formas clásicas encierra una visión del mundo coherente, ordenada y serena. Uno de los temas dominantes es un firme sentimiento religioso, junto con temas tradicionales (el amor, el paisaje, las cosas bellas...) En esta línea destacan José García Nieto, Luis Rosales, Leopoldo Panero, etc .
-Poesía desarraigada. Para los autores de este línea el mundo es un caos y una angustia. Estamos ante una poesía de tono trágico. Presentan un mundo deshecho y caótico, invadido por el sufrimiento y la angustia. Frente a los garcilasistas tenemos un estilo mucho más bronco, directo, sencillo, e indudablemente menos preocupados por los primores estéticos. En esta línea destaca la obra Hijos de la ira (1944) de Dámaso Alonso.
La poesía social Hacia 1955 se consolida el llamado realismo social. En esta fecha se publican Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos iberos de Gabriel Celaya. Para estos poetas la poesía tiene un marcado carácter social. Como dice Celaya: un poeta, es por de pronto, un hombre y ningun hombre puede ser neutral. La poesía, por tanto, tiene que tomar partido ante los problemas del mundo que le rodea. El poeta se hace solidario de los demás hombres, y antepone a las metas estéticas los objetivos más inmediatos. “La poesía es un instrumento, entre otros, para transformar el mundo”. En resumidas cuentas: ejercicio de la poesía como un acto de solidaridad co los que sufren, abandonando la expresión de los problemas íntimos o existenciales, rechazo de los lujos esteticistas, repulsa de la neutralidad ante las injusticias o conflictos sociales, etc.
En cuanto a temática destaca el tema de España, aunque se enfoca desde un punto de vista claramente político. Junto al tema de España tenemos: la injusticia social, la alineación, el mundo del trabajo, el anhelo de libertad y un mundo mejor .
Los poetas se dirigen a la mayoría, hay una clara voluntad de llegar al pueblo. Tal pretensión conduce al empleo de un lenguaje claro, intencionadamente prosaico muchas veces, y a un empleo sistemático del tono coloquial. Vemos, pues, como la preocupación por los contenidos es mucho mayor que el interés por los valores formales o estéticos.
De la poesía social a una nueva poética (los años 60).
Aunque la poesía social se prolonga en los años 60, ya en la década de los 50 comienzan a aparecer poetas nuevos que representarán su superación. Los nombres más notorios son Ángel González, Jaime Gil de Biedma, Claudio de Rodríguez, Caballero Bonald...Frente a lo social tenemos una preocupación fundamental por el hombre. Dan frecuentes muestras de inconformismo frente al mundo en el que viven, pero no llegan a caer en la denuncia social. Más bien hablan de la experiencia personal de todo hombre.
Su temática se caracteriza por un retorno a lo íntimo: el fluir del tiempo, la evocación nostálgica de la infancia, lo familiar, el amor y el erotismo, la amistad... En la atención por lo cotidiano pueden surgir quejas, protestas o ironías, que revelan el citado inconformismo de estos poetas.
En lo que se refiere al estilo, nos encontramos tanto el rechazo del patetismo de la poesía desarraigada como el rechazo del habitual prosaísmo de tantos poetas sociales. Frente a ello utilizan un estilo conversacional, “hablado”, antirretórico.
Los novísimos En 1970 se publica la antología Nueve novísimos poetas españoles que reúne a autores como Gimferrer, Molina-Foix, Leopoldo María Panero... Son poetas nacidos después de la guerra y han recibido una nueva educación sentimental en la que, junto a una educación tradicional y estrecha, tuvieron un papel importante ciertos tebeos, el cine, los discos, la televisión...pero también accedieron a lo que ocurría en el extranjero.
En la temática encontramos lo “personal” (la infancia, el amor, el erotismo, etc) junto a lo público (la guerra de Vietnam, la sociedad de consumo...). Al lado de tonos graves aparece una provocadora e insolente frivolidad: Marilyn Monroe, Groucho Marx junto con el Che o Carlos Marx. En lo personal y en lo político son inconformistas y disidentes, pero, como poetas, persiguen metas estéticas. El estilo es lo que importa ante todo, luego la renovación del lenguaje poético se convierte en algo fundamental. Es por ello que puede decirse que nos hallamos ante un nuevo vanguardismo.
La poesía de la década de los 80 A partir de la década de los 80 toma especial relevancia la corriente conocida como poesía de la experiencia o poetas de la otra sentimentalidad. Esta corriente se caracteriza por unos versos personales, emocionalmente accesibles, donde se intenta reflejar el habla cotidiana. En esta línea tenemos a Benítez Reyes, García Montero, Jon Juaristi...
Otra línea es aquella caracterizada por su tendencia culturalista y clásica. Interesada en el mundo de lo clásico y su mitología. Destacan Antonio Colinas y Luis Antonio de Villena.
Tenemos también una tendencia surrealista, seguida por aquellos poetas que practican la escritura automática, las rupturas sintácticas y la sucesión de imágenes aparentemente absurdas, cabe citar a Blanca Andreu.
En los últimos años ha aparecido una poesía erótica de gran belleza, escrita por mujeres, entre las que destacan Ana Rossetti, Juana Castro y Almudena Guzmán.
Celaya habla de “escribir como quien respira” y Otero “Escribo como escupo”.
Castellet dirá: nos interesa más referirnos a la poesía realista (...) de tono narrativo menor, cotidiano. Porque es en el terreno de lo cotidiano –el trabajo, el ocio, la conducta social- donde el hombre se aliena y sólo a través de una renovación de la vida cotidiana puede desalinearse